...o cómo cagarla en equipo.

miércoles, 3 de octubre de 2012

La senda del perdedor


Parecía un día cualquiera, un día como todos. La misma rutina de la nada. Leer... Escuchar música... Leer escuchando música... Ver una película... Meterse donde no te llaman... Perdón, en Infojobs, quería decir.

A mi modo de vida, la mañana empieza cuando me levanto –valga la redundancia-, ya sean las 10 o las 13. Eso de que la tarde empieza a partir de las 12 es una bola. La tarde empieza cuando acabo de comer. Si no cómo, nunca llega la tarde, si meriendo directamente, llega la noche.

A pocos minutos de esa mañana, fuera la hora que fuese, recibo una llamada. Supermercados Jespac. Famosos mundialmente. Me habían seleccionado de una entrevista que tuvo lugar hacia cosa de un mes, entrevista en la que me dijeron que me llamarían esa misma semana y de la que no recibí llamada alguna. Suena en mi cabeza Getting Better, de los Beatles, mientras asimilo la enorme sorpresa por la llamada después de haber perdido toda esperanza.
Es triste que teniendo un titulo, no se tenga garantizado un trabajo, haya que competir con cualquiera sin dicha titulación, y encima dar gracias de conseguirlo. Pero no es mi caso, me quejo por vicio.


Pasa una merienda, llega la noche. De nuevo la mañana, pero pronto esta vez.
Con esa “alegría” de saber que empezaba a trabajar en menos de una semana, me dirigí a la oficina de dicho supermercado. Por suerte estaba en mi propio barrio. Llevo todos los papeles que me pidieron, extrañado de que la demanda de empleo no fuera uno de ellos. Me dan la ropa. Me la pruebo. Alucino con mi buena percha y con lo feos que pueden llegar a ser los uniformes de supermercado. Según un amigo, los de Mercadona hacen un buen culo... No se a que Mercadona debe haber ido.

Me marcho del lugar, cargado con el uniforme. Llegando a casa, vuelven a llamarme para decirme que no les he entregado la demanda de empleo. Inútiles...
La mando por fax, el primer fax que mando en mi vida. Me clavan 1 euro. Estos moros...

Ya en casa, acabado de comer, decido ir al paraíso. El paraíso tiene nombre: FNAC.
Antes, cuando trabajaba, cada mes compraba un CD, un libro y un DVD. Esta vez, como celebración por empezar a trabajar, y gastando parte de ese poco dinero que empezaba a quedarme, decido autoregalarme un libro.

Una vez allí, empieza el proceso... Sacar móvil. Abrir bloc de notas. Mirar la lista de libros apuntados para leer. Primera letra, la T. Repasar toda la estantería...nada. Segunda letra, la B. Repasar estantería...nada. Y así con multitud de letras, volviendo una y otra vez a mirar una misma estantería, buscando otro autor distinto. Y todo por no preguntar a algún empleado de la tienda por tal o cual libro. Sufro fobia social. Si me atropellaran, preferiría que se dieran a la fuga en lugar de que se pararan y me preguntaran como estoy. Ahí si que me joderían...

Al final me decanto por la B. Bukowski, La senda del perdedor. Otro borracho.
Pago y me voy. Rato después de salir de la tienda, ya en casa, suenan los Beatles con Rock and Roll Music. Esta vez no es mi mente, es mi móvil, con una canción distinta cada semana.
Esa es una de mis manías, cambiar el tono de llamada semanalmente. Pero no es la peor de ellas... No hay comparación con tener que subir o bajar el volumen de 5 en 5. Si el volumen no va numérico, sino con esa linea indefinida, muero.

Volviendo a la llamada... Una vez más, supermecados Jespac. Me dicen que no pueden hacerme el contrato. Problemas con los contratos formativos. Me quedo sin curro...

Desolado, cuelgo el teléfono. Miro la mesa. Ahí estaba el libro. La senda del perdedor. Parece cosa del destino. Resulta ideal...

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