Seguramente la frase que lleva por título esta entrada es
una de las que más veces habréis escuchado últimamente, después de “puta crisis”
y “la cosa esta muy mal…”. Y más aún si pertenecéis a la “generación
aburrida”, mencionada en la publicación anterior. Esa frase de recibimiento casi siempre es pronunciada por padres, hermanos mayores, o incluso gente,
amigos o no, que creen saber mejor que tu y que nadie lo dura que es esta vida.
El concepto de mundo real al que se nos da la bienvenida, (que
nosotros imaginamos que tiene “Welcome to the Jungle” como hilo musical), es
ese lugar en el que te ofrecen contratos de mierda, haciendo miles de horas mal
pagadas y, aún así, se supone que debes estar agradecido de tu gran suerte… Y por lo tanto, tienes que ser sumiso, bajar la cabeza y aceptar semejante bendición.
Es cierto que si tienes hipotecas que pagar, familia que alimentar... aceptarás y callarás, pues no hay más remedio. Pero no con 21 años.
Es cierto que si tienes hipotecas que pagar, familia que alimentar... aceptarás y callarás, pues no hay más remedio. Pero no con 21 años.
Apatía. Resignación.
Otra de las frases celebres que odio, pronunciada por
familiares, es algo así como... “¡Hazte lampista, que se gana mucho dinero!”. Digo lampista como podría decir cualquier oficio con el que, antes de la
crisis, fuera sinónimo de ganar pasta sin ser una eminencia. Odio profundo
hacia éso.
Sí, hay que trabajar, ganar dinero y el pan de cada día, es
cierto. Pero, ¿por qué la gente piensa más en el dinero que en “disfrutar”
haciéndolo?
Cierto es, en mi caso, que nunca he sabido que quería ser. Y
a día de hoy, con 21 años, sigo sin saberlo. Todo lo que me ha interesado
sobrepasa con creces lo ilegal e inmoral.
Mi familia, y dudo que mi caso sea el único, no se ha preocupado por saber mis aspiraciones, dando por hecho que, por mi vagancia en
los estudios, debía resignarme a lo básico, encontrar un trabajo de mierda y dar
las gracias.
Todo sea dicho, no les culpo a ellos. Nunca les he explicado
lo que pienso y siento, amén de carecer de sueños, ilusión y motivación.
No es tan grave vivir así teniendo en cuenta que, si se
cumple el pronóstico de los Mayas, el mundo acabará el mes que viene. Si no se acaba será una decepción enorme,
pero como espero morir antes de envejecer, hacia los 27 años, y asesinado,
vivir de esta manera tan melancólica y triste, vacía de ilusiones, sigue sin
ser tan grave.
Maldito mundo real.
Bendita inocencia.
Bienvenidos al mundo real, ese mundo real que han creado
para nosotros. Creado a base de que las personas acepten cualquier mierda que
se les ofrezca y bajen la cabeza agradecidas, sometidas.
Nuestro mundo real no es éste. Nuestro mundo real es ése que nosotros
tenemos que crear a base de luchar por lo que queremos y no degradarnos a lo que quieran imponernos.
Todas las palabras son utópicas hasta que las hacemos
realidad.
Bienvenidos a vuestro
mundo real.
http://www.youtube.com/watch?v=5b2cDTlL0MY
ResponderEliminar