...o cómo cagarla en equipo.

jueves, 3 de enero de 2013

Año nuevo... ¿vida nueva?


Tercer día del año. Y el tópico dice “año nuevo, vida nueva”. Demasiado optimista para mí, no me pega. La vida no viene en cómodos fascículos, desgraciadamente. La mierda de todo el año no desaparece simplemente porque sea 31 de diciembre, se acumula en un rincón para dejar sitio a la que vendrá este año.
¿Y qué pasa con proponerse cosas cuando acaba el año? ¿El resto de los 364 días para qué están? Para esperar al día 31 y decir: “Ahora sí que puedo empezar la dieta” o “Venga, a partir de ahora iré cada día al gimnasio”. Chorradas. Sabes que al cabo de dos semanas ni te acordarás de tus promesas de año nuevo.
Y por no hablar de esa manía de pedirle cosas al año que entra, como si fuera un concepto corpóreo, casi como un dios que pudiera oír tus deseos. "Un amor", "Salud", "Aprobar todas las asignaturas". Siento deciros que si queréis algo solo podéis contar con vosotros mismos. Y, si sois los suficientemente afortunados, tendréis a una, dos o tres personas a vuestro alrededor que os ayudaran en el camino, no más.
Y es precisamente de esas personas de las que quiero hablar hoy. Lo que debería preocuparnos de verdad es poder mantener esas personas en nuestra vida, que muchas veces dejamos olvidadas porque damos por sentado que siempre van a estar ahí y hasta que no dejan de estarlo no nos damos cuenta de su verdadera importancia.
Si  te paras a pensar un segundo seguro que sabes a quién me estoy refiriendo. Lo sabes tú y nadie más. Pero, ¿lo saben esas personas? ¿Les has hecho saber que son importantes, que las quieres, lo que representa en tu vida? Puedes pensar que ya lo deben saber pero, créeme, les gustará oírlo. Cuando hay algo que nos molesta de alguien no tenemos tantos reparos a decirlo, entonces ¿por qué nos cuesta tanto hacer saber a la gente lo que representan en nuestra vida? Si esa persona es importante, algo habrá hecho para merecer que lo sea y  por lo tanto merece saberlo.
Muy a menudo ocurre que solo nos acordamos de nuestros amigos en nuestros momentos bajos. Yo opino que es igual o más importante saber compartir con ellos los buenos momentos también, hacerlos partícipes de ellos. Fortalecen las relaciones, las hacen más sanas. Lo que puede ocurrir sino es que los buenos momentos acaben (que siempre acaban) y no haya nadie para apoyarte en los malos momentos.
Mi única propuesta de año nuevo es seguir cuidando de la gente que forma parte de mi vida y que vale la pena seguir manteniendo en ella. A todos vosotros, gracias.

Laura

0 comentaris:

Publicar un comentario

Con la tecnología de Blogger.

© La alquimia de la sinergia, AllRightsReserved.

Designed by ScreenWritersArena