El otro día un reciente amigo me descubrió una palabra de la
que me gustaría hablaros: "Mamihlapinatapai". Me llamó especialmente la atención
porque tiene el récord guiness en ser la palabra más concisa del mundo. Su
origen es del idioma de los indígenas Yámanas de Tierra de Fuego y describe
"una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra
comience una acción que ambos desean pero que ninguno se anima a iniciar".
¿Cuántas veces sentimos algo que no podemos expresar con
palabras? Describir algo tan complejo conlleva destruir una parte de la esencia
real del momento. No sé quién sería el genio que se le ocurrió crear esta
palabra, pero lo considero toda una azaña ponerle nombre a algo así. Seguro que
a muchos de vosotros os ha venido una imagen concreta a la cabeza cuando habéis
leído el significado de la palabra, pero no se os habría ocurrido ponerle
nombre a esa sensación.
Muchas veces nos encontramos en situaciones en las que nos
faltan palabras para expresar lo que realmente sentimos. Es como cuando quieres
tanto a alguien que no puedes expresarlo. Intentas hacérselo saber y lo mejor
que se te ocurre es soltar “asdfghjk”. Para mí, “asdfghjk” es el comodín
perfecto. Decirlo todo sin decir nada. Cuando sientes tan intensamente mejor un
“asdfghjk” a tiempo. Aunque también es muy útil cuando nos enfadamos o nos
frustramos por algo. Es cierto que no dices nada, pero ¿realmente hace falta?
La otra persona puede ser completamente capaz de comprender el significado de
esas letras.
Entonces yo me pregunto: ¿realmente necesitamos veinte
palabras diferentes para nombrar lo mismo cuando no somos capaces de describir
cosas tan primarias y tan antiguas como el amor, el odio o la preocupación
misma? ¿Qué hubiera sido de los poetas de la antigüedad si hubieran tenido a su
disposición una única palabra para describir lo mismo sin necesidad de utilizar
largas y complicadas metáforas?
Yo desde aquí animo a los señores de la RAE a que, en vez de
agregar al diccionario palabras como “asín”, hagan algo útil para la sociedad y
tomen ejemplo de nuestros sabios amigos yamenís. Mientras esperamos, podemos
conformarnos con las metáforas llenas de misterios y enigmas que los antiguos
poetas nos dejaron en un intento de describir sentimientos complejos y
contradictorios. O simplemente podemos golpear el teclado… ASDFGHBHFKNNV.
Es curioso esto. También pasa que una palabra en sí acaba no significando nada concreto porque muchas veces la función que se le supone está gastada, como en "gracias" o hasta "lo siento", que han pasado a ser pura mierda formulaica sin valor. Mucho más útil golpear teclados si por el contexto se entiende el significado único de esa palabra nueva y de verdad aporta algo. Aohfrwgohpgwr.
ResponderEliminarHay pocas cosas más bonitas que un "asdfghjk".
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