...o cómo cagarla en equipo.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Cementerio de polillas

Las 8 y media de la tarde, y empiezo a sentirme presionado. Debería haberme puesto antes, debería. Pero no me apetece, y sigue sin hacerlo.
El tema que tenía en mente ha volado totalmente y miro la pantalla con esa mirada lejana que pretende atravesar no solo el ordenador, sino también el sofá y el propio suelo con la esperanza de ver a la vecina del 3º 2ª haciéndose la cena.... o un dedo también me vale.

La verdad está bastante buena, no me importaría que algún chalado inventara gafas de rayos X y me las diera a probar. El problema es que su novio da bastante asco. Los tontos siempre tienen suerte.

Mi vista vuelve a enfocar la pantalla y tomo algo de iniciativa. Clico sobre el recuadro que reza "titulo de la entrada" y veo parpadear a la simpática barrita apremiando también a que la desplace.HIjadeputa.

-.... Ni puta idea.

Mientas las estridentes voces de mis hermanos se esfuerzan por discutir, cual de los personajes van a elegir para luchar contra Nappa voy taponando los pabellones auditivos instintivamente. Es una técnica bastante trabajada, nada que envidiar de los monjes del Nepal y esa chorrada de levantarse unos a otros con cuencos en el estomago.
Cualquiera que tenga en casa hermanos pequeños sabrá que el nivel de decibelios permitidos son un limite bastante sencillo de superar, y no contentos con eso se esfuerzan en crear un nuevo récord, o como mínimo mandar un mensaje a los elefantes de África a base de agudos.

Mientras, cavilo y me golpeo contra la pared a un ritmo constante por casualidad esperando golpear un click o resorte, una sombra pasa por encima del teclado a una velocidad considerable. Inclino la cabeza y veo la causa y el efecto a la vez sobre la pared.
Una polilla del tamaño de mi uña se agarra con sus peludas patitas sobre los poros de la pintura, impidiendo que esta caiga, alas de color ocre con manchas blancas no destacan mucho en la pared que aun llena de mierda y marcas de manos infantiles, sigue siendo de color pastel.

A que has venido bicho?

No parece que nadie más se haya dado cuenta de que está ahí, así que su entrada furtiva ha pasado por alto. Teniendo en cuenta que sus probabilidades de supervivencia dependen de la capacidad que tiene para pasar desapercibida ante pájaros, otros bichos y energúmenos en general. Aunque yo si la he visto, no tiene nada que temer, yo soy un simple espectador. Y aun que tuviera que algo que temer dudo que se de cuenta de que una mano va a toda hostia hacia ella.

Mientras pienso si cogerla y sacarla por la ventana como hago con todos los bichos que me encuentro, sale despedida de la pared y se dirige hacia la luz del techo... AL fin y al cabo es una polilla, y van a la luz como mi vecina a los tontos.
Vale la pena describir esa luz no por que tenga un brillo especial ni una forma curiosa. Es una de esas luces con un cristal opaco colgado que evita que la luz moleste a los ojos o las bombillas desprendan tanto calor.  Pero si tiene algo curioso, son las decenas de cadáveres que se posan en el suelo del cristal, una gran variedad de bichos, mariposas, mosquitos, moscas y muchas polillas. Un verdadero ecosistema, sin exagerar. Tengo la impresión de que si, siguieran vivos todos ellos podría sacar de ahí algún tipo de subespecie o híbrido.

El incauto bicho se lanza a por la luz pasando por la rendija que sin el saberlo supondrá el fin de su vida en unas horas, rodeada de sus antecesores secos y muertos por el calor, algo comparable a una fosa común. Golpe tras golpe, se aturde y cansa por el calor de la bombilla y cae al lado de otras de su especie, que decidieron ir también a por esa llamativa luz con la esperanza de... De que? No tengo ni puta idea de porque se meten allí, ni que buscan.
Algo que comer? Un lugar donde posar sus huevos durante su insignificante tiempo de vida? quizá luego lo busque en google, pero una vez allí ya no puedo hacer nada por ella.
Lo único que puedo decir es:

Bienvenida al cementerio de polillas.

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